Un campamento de madereros peruanos que invadieron la frontera con Brasil para cortar madera fue localizado por el IBAMA de Cruzeiro do Sul, en Acre. Las instalaciones se encuentran dentro del Parque Nacional Serra do Divisor, en el extremo oeste de Brasil.
De acuerdo al jefe de la Oficina de la unidad local, Márcio Venício de Lima, el campamento había sido destruido al final de 2007, pero los madereros volvieron a la carga otra vez. La vista del delito se hizo durante un sobrevuelo realizado por el IBAMA a finales de febrero.
Según Lima, los peruanos no han sido aun expulsados, ya que es necesario descender hasta el lugar en helicóptero y avión, porque el IBAMA no renovó el contrato con la empresa que arrienda los equipos y helicópteros para el instituto. Afirma, sin embargo, que una operación está ya programada para los próximos días, cuando la burocracia haya resuelto los aspectos.
INVASIÓN DE RESERVA
Esta no es la primera invasión de tierras brasileñas para el robo de madera. Un informe de IBAMA, del Cruzeiro do Sul, señala que entre 2003 y 2007, 9.400 metros cúbicos de madera fueron destruidas en operaciones contra los madereros peruanos.
Según Lima, fue necesario el uso de bombas y motosseras para dañar la madera, porque no era posible llevarla por el lado brasileño, donde la topografía es muy accidentada. En el mismo período, según el informe, han sido detenidos 79 brasileños y 18 peruanos por causa de la deforestación en la frontera.
El jefe del IBAMA local cuenta que en el lado de los peruanos, casi no hay más madera noble, mientras que el lado brasileño está protegido por el Parque Nacional Serra do Divisor, la Reserva Extractivista del Alto Jurua y las reservas indígenas, donde los árboles como el cedro y caoba -en peligro de extinción- todavía existen en cantidad.
De acuerdo a Lima, los madereros peruanos que invaden los campos de la frontera son precarios. "Trabajan en condiciones subhumanas, viven en tapires [cabañas], duermen en el suelo", describe. "Para llegar a los campamentos, el IBAMA ha contado con el apoyo de la Policía Federal y el Ejército", sostiene.
"Nosotros hacemos la infiltración de rapel desde helicópteros, en 2 o 3 km antes del campamento, haciendo ataques sorpresa", dice el jefe del IBAMA, explicando que la invasión de los madereros ha disminuido considerablemente. "Si paramos un poco de vigilar y andar por la frontera, ellos entran de nuevo. Nosotros hacemos esto cada dos meses", dice.
Fuente: www.globoamazonia.com
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