sexta-feira, 29 de maio de 2009

EL PERÚ POSEE 230 MOMIAS DE INDIOS AMAZÓNICOS


Cuerpos fueron embalsamados por el pueblo Chachapoya. La tecnología utilizada para preservar los cadáveres aún se desconoce. 
Desde Rio de Janeiro-Brasil.

Los cuerpos fueron embalsamados por el pueblo CHACHAPOYA. La tecnología utilizada para preservar los cadáveres aún se desconoce. Bucólica, de gente sencilla y de una riqueza incalculable, la ciudad de Leymebamba, en la Amazonía peruana, es un guardián del tesoro. En un museo, una impresionante colección atrae a los ojos del mundo. El hombre reunió uno de los mayores hallazgos contemporáneos sobre la historia del hombre primitivo en las Américas. En Ningún otro lugar hay la mayor cantidad de información que se centró en los pueblos Chachapoyas e Inca.

 

Para entrar en la sala del museo, los periodistas del "Bom Dia Brasil" necesitaron insistir para obtener un permiso especial para entrar. Allí se almacena una las más importantes huellas de la historia del patrimonio arqueológico de América: las momias encontradas en una de las montañas de Leymebamba. Son 230 las momias según algunas autoridades, de acuerdo con la arqueóloga Sonia Guillén, directora del museo.

 

Existe una jerarquía que representó a los dioses, a los que ejercían el poder,  estos merecían las mejores tumbas. Las búsquedas son aún limitadas, afirma. Pero es posible saber, por ejemplo, que la tuberculosis mató a mucha gente en ese momento.

 

Sonia muestra la momia de una joven, de unos 13 años. Por la expresión de la momia ella habría muerto con un violento golpe, tal vez en un sacrificio ritual religioso. La posición fetal simboliza el retorno al vientre, a la reanudación de la vida. Hay imágenes grabadas durante el rescate, hace diez años, en la Laguna de Los Cóndores, región de difícil acceso, donde el caballo es el único medio de transporte.

 

Las momias estaban bien ocultas, casi tres mil metros de altura. La operación para el rescate y transporte de esas valiosas momias, fue delicado, difícil, duró varias semanas. La tecnología de Chachapoyas es la parte más impresionante de la historia, dice la arqueóloga. Hasta hoy, nadie ha desentrañado este misterio.

 

Pueden haber desarrollado un producto basado en la conservación con hierbas y plantas del bosque. La única certeza es que hace 1,200 años más o menos, dominaron la tecnología de la momificación, por el hombre de esta región de la Amazonía, conocido por preservar su propia historia, respetando la naturaleza.



Texto en Brasileño


Museu peruano mantém 230 múmias de índios amazônicos


Corpos foram embalsamados por povo chachapoya. 

Tecnologia usada para conservar cadáveres ainda é desconhecida.


Bucólica, de gente simples e de uma riqueza incalculável, a cidade de Leymebamba, na Amazônia peruana é guardiã de um tesouro. Em um museu, um impressionante acervo atrai os olhos do mundo. O homem contemporâneo reuniu um dos maiores achados da história sobre o homem primitivo das Américas. Nenhum outro lugar concentra tanta informação sobre os povos chachapoyas e incas.

 

Para entrar na sala, os repórteres do Bom Dia Brasil precisaram pedir, insistir, mas conseguiram uma autorização especial. Lá está guardado um patrimônio arqueológico dos mais importantes das Américas: as múmias encontradas em uma das montanhas de Leymebamba. 

 

São 230 múmias. Algumas de autoridades, segundo a arqueóloga Sonia Guillén, diretora do museu. Havia uma hierarquia. Quem representava os deuses, ou exercia algum poder, merecia túmulos melhores. 


As pesquisas ainda são limitadas, ela diz. Mas já é possível saber, por exemplo, que a tuberculose matava muita gente naquela época. Sônia mostra a múmia de uma jovem, de uns 13 anos. Pela expressão, ela teria morrido de um golpe violento, talvez um sacrifício de ritual religioso. A posição fetal simboliza a volta ao ventre para o recomeço da vida. 


Há imagens gravadas durante o resgate, há dez anos, na laguna de Los Condores, região de acesso difícil, onde o cavalo é o único meio de transporte. As múmias estavam bem escondidas, a quase três mil metros de altura. A operação para transportar achados tão valiosos foi delicada e durou várias semanas. 


A tecnologia dos chachapoyas é o lado mais surpreendente da história, diz a arqueóloga. Até hoje, ninguém conseguiu desvendar esse mistério. Talvez tenham desenvolvido algum produto de conservação à base de ervas e plantas da floresta. 


A única certeza é que, há 1,2 mil anos mais ou menos, além de dominar a tecnologia da mumificação, o homem desta região da Amazônia sabia preservar a sua própria história, respeitando a natureza. 


Fuente: 
www.globoamazonia.com



MONTAÑAS DE LA AMAZONIA PERUANA CUIDAN LA "CIUDAD DE LOS MUERTOS"


En casas construidas hace siglos hay momias y tesoros. La gente mantiene la tradición de honrar al fallecido con alimentos y música. 
Desde Rio de Janeiro –Brasil.

En los paredones de un casi desconocido Amazonas, en el norte del Perú, las montañas proporcionan un hogar para aquellos que han abandonado este mundo. Pequeñas casas son un signo de las ciudades de los muertos, herencia de aquellos que precedieron a los incas, una civilización llamada CHACHAPOYA.

 

Para llegar al sitio arqueológico, el camino es difícil de enfrentar. Sólo se llega a pie. La ciudad está a 2,900 metros de altura: tres horas de caminata son extensos y agotadoras.

 

Cuando la subida acaba, comienza el tramo más peligroso. El sendero se convierte un paso del abismo. Todo cuidado es importante. Cualquier desliz podría llevar a la aventura a buscar refugio en la pintoresca histórico ciudad de las tumbas.

 

Para los Chachapoyas los muertos eran tratados con los mismos privilegios que merece la vida, a veces incluso más, dicen los investigadores. Ellos fueron alojados en casas de hasta dos pisos. Todo para proteger el cuerpo, a las momias de la lluvia y, sobre todo los enemigos.

 

Dentro de las casas, no hay mucho para ver más allá de los cuartos vacíos. Es como si la ciudad de los muertos estuviese deshabitada. De hecho, fue saqueada con el pasar del tiempo. Los cadáveres fueron llevados a la montaña, con todos sus artículos personales, incluyendo joyas.

 

Muy cerca se encuentra los sarcófagos de Carajya, una de las tarjetas postales de la Amazonía Peruana. Allí, en la parte superior de la roca, y vertical, era donde los Chachapoyas e Incas mantenían sus muertos.

 

"Dominaron así el equilibrio, y no sólo eso, se trata de una cuestión de sabiduría", dice la investigadora, Hildegard León. Equilibrio es la palabra clave, dice la investigadora. No sólo para escalar la pared, sino también para vivir en armonía con la naturaleza. Un reto en sí misma.

 

Los rituales tuvieron meses para dejar el cuerpo del hombre hacia el Este y frente a la Fuente del Sol. En cualquier otra parte del mundo no era normal esta forma de entierro. Cada familia tenía su sarcófago y el héroe de la aldea tenía su cráneo apareciendo como un trofeo. Con óxido de hierro era dibujados los símbolos de la civilización en la frente de la urna. "Morir no es el final de la vida", señala la investigadora de Hildegard León.

 

Tradiciones conservadas

La muerte es sólo un pasaje a otra vida. Allí, en el 12 siglo, los Chachapoyas ya defendían esas creencias. Formó una legión de seguidores, que hasta ahora, se tratan a los muertos como si estuviera todavía vivos entre nosotros. Esto ocurre en la ciudad de Luya, que se encuentra en el centro del estado de la Amazonía peruana.

 

Los residentes hacen fiesta en la casa de los muertos. A diferencia de nosotros, brasileños, cuando, recordando a nuestros muertos, oramos en silencio familiares y amigos que se han ido. Los muertos de allí visitan el cementerio con música y fiesta.



Texto en Brasileño


Penhascos abrigam 'cidade dos mortos' na Amazônia peruana


Casas construídas há séculos tinham múmias e tesouros.

Povo mantém tradição de homenagear falecidos com música e comida.


Nos paredões de uma Amazônia quase desconhecida, no norte do Peru, as montanhas servem de morada para quem já partiu deste mundo. Pequenas casinhas marcam uma das cidades dos mortos, herança do povo que antecedeu os incas, a civilização chachapoya.

 

Para chegar até o sítio arqueológico, o caminho é duro de encarar. Só se chega a pé. A cidade fica a 2,9 mil metros de altitude: são três horas de caminhada exaustiva. 


Quando a subida acaba, começa o trecho mais perigoso. A trilha passa a um palmo do abismo. Todo cuidado é pouco. Qualquer escorregada pode levar o aventureiro a pedir abrigo em curiosos túmulos históricos. 


Para os chachapoyas, os mortos eram tratados com os mesmos privilégios que mereciam os vivos, às vezes, até mais, dizem os pesquisadores. Eram abrigados em casas de até dois andares. Tudo para proteger os corpos e as múmias da chuva e principalmente dos inimigos. 


Dentro das casas, não dá para ver muita coisa além dos cômodos vazios. É como se a cidade dos mortos estivesse desabitada. Na verdade, ela foi saqueada ao longo dos tempos. Os cadáveres eram levados para lá, com todos os seus objetos pessoais, inclusive joias. 


Perto dali ficam os sarcófagos de Carajya, um dos cartões-postais da Amazônia peruana. Lá, no alto da rocha, bem na vertical, que os povos chachapoyas e incas guardavam seus mortos. “Dominavam muito bem o equilíbrio, e não só isso, era uma questão de sabedoria”, diz a pesquisadora Hildegard de Leon. 


Equilíbrio é a palavra-chave, diz a pesquisadora. Não apenas para escalar o paredão, mas também para viver em harmonia com a natureza. 


Um desafio e tanto. Os rituais levavam meses até deixar o cadáver de cara para o leste, bem em frente à nascente do sol. Em nenhum outro lugar do mundo se encontra essa forma de enterro. Cada família ocupava seu sarcófago e o herói da aldeia tinha seu crânio exibido como se fosse um troféu. Com óxido de ferro, pintavam os símbolos da civilização no rosto da urna. 


“Morrer não era o fim da vida", aponta a pesquisadora Hildegard de Leon.


Tradições preservadas


A morte era só uma passagem para outra vida. Lá pelo século 12, os chachapoyas já defendiam essa crença. Formaram uma legião de seguidores, que até hoje, tratam quem já se foi como se ainda estivesse entre nós. 


É o que ocorre na cidade de Luya, que fica no centro do estado do Amazonas peruano. Os moradores fazem festa na casa dos mortos. Ao contrário de nós, brasileiros, que rezamos em silêncio quando lembramos dos parentes e dos amigos que já se foram, os mortos de lá são visitados no cemitério com música e banquete.


 

Fuente: www.globoamazonia.com




quarta-feira, 27 de maio de 2009

ENTRE LA SELVA Y LOS ANDES: LAS RUINAS MUESTRAN CIVILIZACIÓN ANTES DE LOS INCAS


Los Chachapoyas construían casas redondas en la cima de las montañas. Los estudiosos tratan de descubrir cómo las ciudades desaparecieron. 
Desde Rio de Janeiro-Brasil.

En la cima de la montaña, un muro de piedra tallada muestra el tamaño de una de las primeras ciudades en las Américas. Con 30 metros de altura y 600 de largo, fue construido en el siglo XII para proteger a los Chachapoyas que habitaban la región desde mucho antes de los Incas.

 

Hoy en día, vemos las ruinas de las 420 casas que formaban las calles de la comunidad. En las grandes casas vivían entre seis y ocho personas. En la cocina, dicen los investigadores, el trigo y el maíz eran molidas en las rocas. La ropa y objetos personales se mantuvieron en los agujeros en las paredes, armarios con incrustaciones similares, una prueba de que mucho antes de que el descubrimiento de las civilizaciones que habitaron las Américas ya estaban organizados.  

 

La curiosa forma circular de las casas tenía un sentido mucho más noble que un capricho arquitectura. "Círculo no tiene principio ni fin, es una eterna cultura", explica el investigador Hildegard de León. Para los historiadores, la forma permitía  una mayor integración al ser redondeadas. De personas viven en permanente reciprocidad.

 

"Esta forma de organización social, económica y política fue muy bien establecida", dice el arqueólogo Julio Rodrigues. Aunque se sabe muy poco acerca de las ruinas, dice el arqueólogo. Rodrigues dirige una investigación que depende de un cuidadoso trabajo manual. En las excavaciones ya se han desenterraron cerámica, cráneos, restos de un pasado que ha dejado pocos registros en la historia.

 

Uno de los retos es saber cómo los habitantes de este lugar desaparecieron. Ciudad poblada, La Jalca, es un pueblo medio olvidado en uno de los puntos más altos de la Amazonía, nos depara un valioso monumento. Aquí, Chachapoyas e Incas, intentaron resistir a la invasión de los conquistadores españoles, pero no lo consiguieron. Después de la conquista, fue abandonado. Los españoles no soportaron el clima, mucha lluvia y el frío a tres mil metros de altitud, y abandonaron La Jalca.

 

Pero dejaron un legado que todavía hoy es considerado uno de los patrimonios activos más importantes del norte amazónico del Perú: Una iglesia del Siglo XVI  construida por la tecnología CHACHAPOYA, piedra sobre piedra. El Padre Diego García muestra en la pared que los más antiguos católicos del amazonas no rendían culto a los santos, y si a los animales. Tres especies se observan con devoción, "la serpiente, los monos y los felinos", indica el sacerdote.

 

Otra curiosidad de la iglesia: La torre de la Iglesia, se encuentra al otro lado de la calle, fuera de la nave. El historiador Peter Thomas, después de 30 años de investigación, encontró las razones: "Hubo una iglesia al lado, que ya no existe,ahí  la torre servía para las dos iglesias. Era también el punto de observación y vigilancia".


 

Texto en Brasileño


Entre Amazônia e Andes, ruínas revelam civilização anterior aos incas


Chachapoyas construíam casas redondas no alto das montanhas. 

Estudiosos tentam descobrir como cidades desapareceram.


No topo da cordilheira, uma muralha de pedra talhada dá a dimensão de uma das primeiras cidades das Américas. Com 30 metros de altura e 600 de comprimento, ela foi erguida no século XII para proteger o povo chacapoya, que habitava a região muito antes dos incas. 


Hoje, restam ruínas das 420 casas que formavam as ruas da comunidade. Nas residências maiores, moravam entre seis e oito pessoas. Na cozinha, dizem os pesquisadores, o trigo e o milho eram moídos em pedras. As roupas e objetos pessoais eram guardados em buracos nas paredes, parecidos com armários embutidos – uma prova de que muito antes da descoberta, as civilizações que ocupavam as Américas já eram organizadas. 


A curiosa forma circular das casas tinha um sentido muito mais nobre do que um capricho arquitetônico. "Círculo não tem início, nem fim, é uma cultura eterna", explica a pesquisadora Hildegard de Leon. 


Para os historiadores, o padrão arredondado permitia mais integração. As pessoas viviam em permanente reciprocidade. “Toda a organização social, política e econômica era muito bem estabelecida", diz o arqueólogo Julio Rodrigues. 


Ainda se sabe muito pouco sobre as ruínas, diz o arqueólogo. Ele comanda uma pesquisa que depende de um cuidadoso trabalho braçal. As escavações já desenterraram cerâmicas, crânios, vestígios de um passado que deixou poucos registros na história. Um dos desafios é descobrir como desapareceram os moradores deste lugar.

 

Cidade habitada


La Jalca, uma cidadezinha meio esquecida em um dos pontos mais altos da Amazônia, também guarda um monumento precioso. Aqui, chachapoyas e incas tentaram, mas não conseguiram, resistir à invasão dos conquistadores espanhóis. 


Depois da conquista, veio o abandono. Os espanhóis não suportaram o clima, de muita chuva e o frio de três mil metros de altitude, e abandonaram La Jalca. Mas deixaram uma herança que hoje ainda é considerada um dos patrimônios mais importantes do norte do Peru: uma igreja do século 16, construída pela tecnologia chachapoya, com pedra sobre pedra. 


O padre Diego Garcia nos mostra na parede que os católicos mais antigos da Amazônia não cultuavam os santos, e sim os animais. Três espécies eram respeitadas com devoção. "A serpente, os primatas e os felinos", mostra o padre. 


Mais uma curiosidade da igreja: a torre. Fica do outro lado da rua, fora da nave. O historiador Peter Thomas, depois de 30 anos de pesquisa descobriu os motivos: "Havia uma igreja ao lado, que não existe mais. A torre servia para ambas. Era também ponto de observação e vigilância”.



Fuente: www.globoamazonia.com



terça-feira, 26 de maio de 2009

AMAZONIA PERUANA ESCONDE LA TERCERA CATARATA MAS GRANDE DEL MUNDO


La región es la mezcla de bosques  y la cordillera de los Andes. 
Desde Rio de Janeiro- Brasil.

La zona norte del Amazonas del Perú, es intrigante, poco conocida. Por un lado, el frío del hielo de los picos andinos. Por el otro, el calor húmedo de la selva que crece verticalmente. En los valles, los ríos furiosos que rasgan la tierra. La Amazonía peruana es la cuna de las aguas que alimentan el río más grande del mundo de la cuenca amazónica.

 

El sonido de la concha marina, usado como una trompeta de sonido grave, ya golpeaba las paredes de las montañas en tiempos antiguos. Es una advertencia de que un mensaje se ha hecho llegar a los senderos de la montaña. Senderos peatonales por los que el investigador Felipe Varela camino desde mayo del año pasado.

 

La red de carreteras que las antiguas civilizaciones construyeron en toda América del Sur tiene 40 mil kilómetros. Son los famosos caminos de los incas, construida con piedras para resistir la lluvia y el tiempo. En los actuales caminos se puede llegar en coche a casi todos los destinos. Las carreteras acortaron las distancias, pero aumentan el riesgo y peligro.

 

Se trata de un viaje de aventura por los Andes: la tierra prensada, una curva tras otra. El conductor debe ser bueno y conducir con cuidado. Cualquier descuido al volante puede costar una vida. Es difícil encontrar un camino sin lindar con la región las tragedias, identificadas por las cruces a lo largo de las carreteras. Ni los tramos con el asfaltado son menos peligrosos.

 

Cuando no están las piedras que ruedan desde la parte superior y cierran el tránsito, son los ríos que se desbordan y se cierra la pista. Por tierra, no hay otra opción para llegar a Chachapoyas, nuestra primera parada. Es tan imprevisible que la forma en que, de repente, el paisaje se revela es un reto para la imaginación: en el centro de los Andes, el panorama es como en la Caatinga.

 

Hasta la temperatura es similar. Al igual que en Brasil, en la región semiárida, también es la selva peruana que alcanza una temperatura de 40 ° C. Pero, quien va a través de esta región debe prepararse para un choque térmico, porque justo en frente, a menos de 50 kilómetros, es muy frío.

 

Esta parte de la Amazonía concentra una mezcla de rarezas, dice el biólogo Mirbel Riviera. Cinco ecosistemas diferentes en un mismo lugar. Alrededor de 800 especies de plantas que sólo se pueden encontrar aquí. Chachapoyas se encuentra en la parte superior, a los 3 mil y 300 metros de altura.

 

La temperatura promedio es de 10° C, pero llega a 0 ° C en invierno. La capital de la Amazonía peruana tiene algo más de 100 mil habitantes, en sus calles conserva la arquitectura de los colonizadores españoles.

 

Cerca de la ciudad, tal cual una hermosa tarjeta postal, está lo que llena de orgullo al pueblo de esa región: la cascada Gocta con 770 metros de caída de agua en dos etapas. En el ranking de las más altas del mundo, es la tercera. Pero en la selección de las más bellas, sin duda, es la más impresionante.

 

Texto en Brasileiro



Amazônia peruana esconde a terceira maior cachoeira do mundo


Região é mistura entre floresta e Cordilheira dos Andes. 


O norte do Peru é território de uma Amazônia intrigante, pouco conhecida. De um lado, o frio gelado dos picos andinos. Do outro, o calor úmido de uma selva que cresce na vertical. Nos vales, rios furiosos descem rasgando a terra. O estado do Amazonas peruano é o berço das águas que alimentam a maior bacia fluvial do mundo.

 

O som da concha marinha, usada como se fosse um berrante, já ecoava nos paredões das serras em tempos remotos. Era um aviso que alguma mensagem estava chegando pelas trilhas montanhosas. Trilhas que o pesquisador andarilho Felipe Varela percorre desde maio do ano passado. 


A malha viária que as antigas civilizações espalharam por toda a América do Sul tem 40 mil quilômetros. São os famosos caminhos incas, construídos com pedras para resistir às chuvas. 


Nos caminhos atuais se chega de carro a quase todos os destinos. As estradas encurtaram as distâncias, mas aumentaram os riscos. É uma aventura viajar pelos Andes: terra batida, uma curva atrás da outra. O motorista precisa ser bom e dirigir com cuidado. 


Qualquer vacilo ao volante pode custar a vida. É difícil encontrar uma estrada nessa região sem marcas de tragédias, identificadas por cruzes na beira das estradas. Nem os trechos asfaltados são menos perigosos. 


Quando não são as pedras que rolam do alto e bloqueiam o tráfego, são os rios que transbordam e fecham a pista. Por terra, não há outra opção para se chegar a Chachapoya, nossa primeira escala. É tão imprevisível esse caminho que, de repente, a paisagem resolve desafiar a imaginação: no meio dos Andes, a paisagem tem bode e mandacaru, como na Caatinga. 


Até a temperatura é parecida. Como no Brasil, no semi-árido nordestino, também nesse sertão peruano faz calor de 40ºC. Mas quem passa por esta região precisa se preparar para um choque térmico, porque logo na frente, a menos de 50 quilômetros, faz muito frio. 


Esta parte da Amazônia concentra uma mistura de raridades, diz o biólogo Mirbel Riviera. São cinco ecossistemas diferentes no mesmo lugar. Cerca de 800 espécies de plantas que só aqui podem ser encontradas. 


No topo está Chachapoya, a 3,3 mil metros de altitude. A temperatura média é de 10ºC, mas chega a 0ºC no inverno. 


A capital do Amazonas peruano tem pouco mais de 100 mil habitantes e preserva em suas ruas a arquitetura dos colonizadores espanhóis. Perto da cidade, um belíssimo cartão-postal enche de orgulho o povo dessa região: a cachoeira Gocta, com 770 metros de queda d’água em dois estágios. No ranking das maiores do mundo ela, é a terceira. Mas na seleção das mais belas, sem dúvida, é a mais impressionante.


Fuente: www.globoamazonia.com




segunda-feira, 25 de maio de 2009

SOS AMAZONÍA: SELVÁTICOS A LA YUGULAR


Protesta amazónica sabotea suministro de oleoducto Nor Peruano. Derogar los decretos legislativos traería hondas consecuencias. 
Desde Rio de Janeiro-Brasil.

Protesta amazónica sabotea suministro de oleoducto Nor Peruano. Derogar los decretos legislativos traería hondas consecuencias. Los pueblos nativos amazónicos están demostrando ser más duros y aguerridos en sus reclamos que un tablón de Ishpingo. Exigen que se deroguen varios decretos legislativos promulgados por el Ejecutivo, al amparo de facultades delegadas, sobre el aprovechamiento de los recursos naturales.

 

Sin embargo, no está claro qué es lo que los nativos proponen a cambio. El martes último, el gobierno sufrió un duro revés en la Comisión de Constitución del Congreso, que declaró "inconstitucional" el DL 1090 o Ley Forestal y de Fauna Silvestre, y exigió su derogatoria. El ministro del Ambiente Antonio Brack Egg calificó el resultado como "un desastre". Y advirtió que "de derogarse el decreto nos quedamos primero sin ley forestal…, y todo el esfuerzo hecho en este sector se va al agua".

 

Se supone que la revuelta indígena exige más recursos para las comunidades nativas de la explotación de los recursos naturales en la Amazonía, tanto forestales como de hidrocarburos. Algo que es bastante comprensible y natural. Pero se ha llegado a extremos. Las marchas y bloqueos de carreteras, particularmente la Fernando Belaunde (ex Marginal) en varios puntos, han comprometido el abastecimiento de alimentos a Tarapoto, por ejemplo. Pero paralizar el oleoducto Nor Peruano es un acto de sabotaje directo a la yugular.

 

Desde el 28 de abril pasado, más de un millar de nativos han cercado la estación No 6 del oleoducto, ubicada en Morona, Loreto, y obligado a suspender el transporte de 40,000 barriles de petróleo diarios a la costa. La estación No 6 es resguardada por apenas 35 efectivos policiales. Esta semana Pluspetrol, a cargo de las operaciones de exportación en Bayóbar, Piura, anunció motivos de "fuerza mayor" para el incumplimiento de sus despachos de crudo al exterior.

 

Se afirma que por lo menos un tanquero se ha visto obligado a levar anclas con los depósitos vacíos. El impacto económico es sideral. Cada tanquero desabastecido representa US$ 14 millones menos. Y no se trató de una medida aislada. El 12 de mayo, nativos bloquearon los ríos Ucayali y Urubamba reteniendo 44 embarcaciones de Pluspetrol.

 

El 16 de abril, indígenas de las etnias Yines, Ashánincas y mestizos de la ciudad de Atalaya, Ucayali, de acuerdo a un informe de la Defensoría del Pueblo, tomaron el aeropuerto de Atalaya, perjudicando a las empresas Repsol, Pluspetrol y Petrobras, que no pueden acceder a sus campamentos. En agosto del año pasado, en la primera masiva jornada de protestas nativas, se cortó la fibra óptica del gasoducto de Camisea, acto de sabotaje que estuvo a punto de comprometer el despacho de gas a la costa. En marzo del 2008, nativos Achuar y Kichuas tomaron el aeropuerto de Andoas, y dieron muerte a un efectivo policial con un disparo de escopeta. Es evidente que algunas facciones de la protesta están cargadas de veneno de Shushupe.

 

El 9 de mayo pasado, el gobierno decretó el estado de emergencia para vastas zonas de la Amazonía. Pero las fuerzas del orden han venido actuando con gran mesura en la contención de los desbordes sociales hasta el momento. MIENTRAS TANTO, ya se han trepado a la piragua de la revolución algunos pasajeros más ágiles que un Maquisapa. Ollanta Humala, el líder del Partido Nacionalista, se lanzó a la ofensiva sin explicar el cau cau de las cuentas bancarias de su esposa, Nadine (ver Mar de Fondo) y pretendiendo inventar la pólvora: "Proponemos que las poblaciones de la Amazonía se conviertan en socias de estas inversiones y obtengan un paquete accionarial para que se establezca una nueva forma de transformar el crecimiento económico en desarrollo sostenido y sostenible".

 

También el ex presidente Alejandro Toledo se sumó al cargamontón. "Yo creo que el paro indígena amazónico representa el fracaso de la política del Perro del Hortelano que el Presidente ha impulsado para privatizar la selva. Es un grave error del gobierno el pretender disponer de los recursos de la selva y entregar la tierra a los privados sin tomar en cuenta a las comunidades indígenas que viven allí", declaró. El premier Yehude Simon respondió acremente: "Hay que ver qué cosas hizo (Toledo) con los grupos nativos, en el momento más importante de la economía peruana, cuando no teníamos crisis internacional, había canon y regalías y mucho más dinero".

 

Recordó que en el 2006 un decreto de urgencia otorgó el 5% de canon y regalías a las comunidades nativas, andinas y amazónicas. Lo divertido del caso es que los derechos nativos invocados están en gran medida reconocidos en los DL materia del zafarrancho (ver recuadro). Por cierto, se trata de una trifulca de fondo sobre cómo y quiénes son los directos beneficiarios del aprovechamiento de los ingentes recursos forestales, agrarios, de hidrocarburos y el agua en la Amazonía. Pero llegar al extremo de reclamar propiedad sobre éstos por tratarse de poblaciones originales de la Amazonía desafía la promesa de la vida republicana.

 

Según el ministro Brack Egg, "estamos hablando de 400,000 nativos, según el último censo nacional, con 11 millones de hectáreas tituladas. Esto es casi 25 hectáreas por indígena". "El nervio del problema es que las explotaciones de gas y petróleo generan un canon como el caso de Camisea", declaró Brack a CARETAS. "En ese caso, el canon lo recibe la región Cusco y el distrito de Echarate, en La Convención. Pero el distrito de Echarate, que es uno de los más ricos del país, no les da un centavo de ese canon a las comunidades que están en Camisea.

 

Lo mismo sucede en Cajamarca o cualquier otro departamento con canon. Ahí está el problema y eso es lo que genera protestas", sostuvo. Pero ya para entonces, Pizango amenazaba con encender la pradera. El viernes 15, el temperamental líder nativo invocó a la "insurgencia contra el gobierno de Alan García", lo que mereció una elocuente réplica del Presidente de la República, en la inauguración de las obras de mejoramiento del programa Mi Barrio, en Ate, Lima. "Ayer, un dirigente ideológico de algunas comunidades de la Selva ha dicho que llama a la insurgencia, contra el sistema y contra el gobierno. Lamento esas expresiones, por que este gobierno nace de la democracia y está consagrado al pueblo". Y remachó: "Estamos a favor de una verdadera democracia, no de los lujos corporativos. Yo no obedezco a ningún grupo corporativo empresarial, tampoco obedezco a ningún grupo corporativo racial. Me debo a todos los peruanos, la democracia de todos los pobres, no sólo la democracia de quienes están en alguna región".

 

El debate está atravesado de visiones caricaturescas sobre los nativos, alimentadas del mito del buen salvaje, indómito y trashumante, amenazado de corrupción por el desarrollo occidental, hasta el extremo de plantear condiciones de autonomía similares a las reservas indígenas norteamericanas, territorios piel rojas enriquecidos por los casinos ubicados dentro de sus linderos. La comisión multisectorial convocada el martes último por el gobierno busca abrir un espacio de diálogo donde zanjar las grandes diferencias.

 

Fuente: www.caretas.com





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